¡Buenos días y feliz viernes! 😀 Hoy me gustaría compartir con vosotros una bonita tradición celta que se celebra muy a menudo en las bodas irlandesas, las piedras de los buenos deseos 😉
Cada uno de los invitados de la boda recibe una piedra de río en la que transmite los mejores deseos para el nuevo matrimonio. Después de la ceremonia, esa piedra debe volver al agua para otorgar a la pareja una vida llena de felicidad.
Si buscamos el origen de esta tradición, el agua es un elemento que representa las emociones y el espíritu y siempre ha tenido un importante papel en las bodas celtas. Son muchas las ceremonias que se celebraban cerca de ríos y lagos y que tenían como escenario preciosos parajes naturales. Las piedras, por su parte, representaban la tierra y el poder que tienen de anclar pensamientos y deseos. Es por eso que, durante la boda, los invitados sostenían las piedras entre sus manos y les transmitían los buenos pensamientos dedicados al nuevo matrimonio. Devolver estas piedras al agua representaba una manera de consagrar los deseos, pedir prosperidad y fortuna para la nueva pareja y, a su vez, venerar a los antepasados, que con esta pequeña ofrenda también añadirían su bendición.
Hoy en día se ha adaptado la tradición y se pide a los invitados que escriban sus buenos deseos en una piedra para colocarla después en un jarrón lleno de agua. Muchas parejas utilizan las tradicionales piedras de los buenos deseos como un original libro de firmas. Sigue leyendo
la chica del ramo 